sábado, 29 de junio de 2013

Improvisemos un guión definitivo

Podría tocar su cuerpo como si de una guitarra se tratase. Recorrerlo, con los ojos cerrados. Dar pasos de astronauta en todos y cada uno de sus lunares, y luego unirlos, formando nuevas constelaciones.
Podría borrar de su mente todos esos miedos, y llenarla de las ideas más descabelladas que jamás hubiese imaginado.
Podría, o debería, cerrar la boca más a menudo. Y evitar malentendidos.
Podría quererle, enamorarme de él, pero no es el caso (O sí).



(O esas tardes en la playa, esos momentos intensos, esas sonrisas sin motivo y esos besos con sabor a chocolate, almendras y fresas).

"But you're in London, and I break down, 
'cause it's not fair that you're not around" 
Un dimarts 2 de juliol

domingo, 16 de junio de 2013

Y sigo soñándote, a veces

Hoy me he dado cuenta de que, siempre que te escribo, son las 5:15 de la mañana (y una hora menos en canarias). Y he recordado que, a esa misma hora, un día estaba haciendo la maleta, llenándola de sueños, ilusiones, arena de esa playa, recuerdos (in)olvidables y sonrisas enfrascadas.
No consigo conciliar el sueño, esperando que golpees mi puerta con tus nudillos, como esa noche de verano, en 2009. El mejor verano de mi vida, te lo aseguro.
Me abruma pensar que este verano habrán pasado 3 agostos desde esa madrugada y parece que poca gente te recuerde. Porque yo sí lo hago (y te lo repito, por si no lo sabes).

En realidad no sabría que decirte, si pudiese hablarte. Que sigo creyendo en el destino, y en las casualidades. Que siguen gustándome los chicles con sabor a fresa, pero que prefiero los de menta. Que la música se ha convertido en una parte fundamental en mi vida. Que me gustaría que aún pudieses estar aquí, y conocer lo que yo he conocido, a quien he conocido.
Que ya no soy la misma, desde ese día.
Que no he cambiado, tampoco.
Y que te echo de menos.

viernes, 7 de junio de 2013

It’s like a kaleidoscope of memories

Me enamoré de la mañana, la forma en que sus manos acariciaron mi rostro y sus labios robaron el final de todas mis frases, con esas dulces interrupciones.
Cada día se convirtió en un mes entero de domingos por la mañana. Con sábanas blancas y sonrisas perezosas.

En algún lugar entre aquello que llaman "amor" se encontraban nuestras conversaciones a media noche, y esas notas entre los apuntes, para amenizar las horas de estudio.
Me di cuenta de que la felicidad se encuentra justo donde tu la creas posible, bajo una manta a las dos de la mañana o en esas "promesas" pronunciadas entre susurros. Que la simple presencia de las personas a las que quieres puede convertir cualquier día en uno perfecto.
Que podíamos perseguir a las estrellas hasta perder nuestras sombras, porque a Peter Pan y Wendy les funcionó -Y con nosotros no iba a ser distinto-.

Porque bloqueamos el ruido al compás de un "te necesito", y me di cuenta de que por primera vez tenía algo que perder.



domingo, 2 de junio de 2013

Breathe

Improviso una mentira, solo por si acaso.
Me repito, mentalmente, que todo saldrá bien.
Sonrío amargamente, sin saber muy bien como actuar.
Ocurre, y me obligo a creer que nada es real.
Repito esas palabras en mi interior. Una y otra vez.
Recuerdo todos y cada uno de los momentos y las promesas.
Y, por un momento, todo parece ser correcto.


En la vida tienes que aprender lecciones, en ocasiones las aprendes del peor modo posible, y otras también demasiado tarde.
Supongo que hay momentos en los que te das cuenta de aquello que deberías haber visto mucho antes, y que cuando lo haces, cuando te das cuenta de que estabas equivocada, necesitas decir que lo sientes.
Y creo que este es el mejor modo que tengo de pedir disculpas.


(Así que aquí estoy yo, tragándome mi orgullo, recordándote que siento lo de esa noche. Y debería añadir un "Porque la libertad no es otra cosa que echarte de menos", pero no es así como lo siento).


-Hay momentos en los que deberíamos aprender a disculparnos con nosotros mismos.