domingo, 25 de marzo de 2012

A song would last forever ∞

Abrí la maleta con una mano, mientras con la otra sujetaba la toalla, cogí la primera camiseta que encontré y me la puse rápidamente. Me acerqué a la ventana, y observé el cielo: ya era de noche, pero no había estrellas.
-¡Mira, la torre Eiffel! ¡Acaban de iluminarla!- se acercó rápidamente a la ventana, y se situó detrás de mi, abrazándome por la cintura.
-La iluminan 10 minutos cada hora- se quedó en silencio, mirándome, y le respondí de la misma forma- Se te pone carita de cría ilusionada, me encanta- dijo, de repente.
-Idiota- pronuncié esa palabra lentamente, recalcándome, a la vez que le hacía una mueca, y susurré un "no sabes ser romántico ni en un lugar como este" a lo que él respondió con una carcajada. "Es preciosa" musité, a la vez que me di cuenta de que se había ido de mi lado.
-La verdad es que si- dijo, mientras rebuscaba en la maleta- por algo la llaman la ciudad de la luz.
-Del amor, es la ciudad del amor- le contradije, a la vez que le pasaba el mechero.
-De la luz- enfatizó, mientras encendía las velas-¿Ves?- me preguntó, señalándolas con un gesto cómico.
Me alejé de la ventana, me acerqué a él y le besé, mientras me separaba tan solo unos milímetros para susurrarle "del amor, ¿No crees?", a la vez que le desabrochaba el primer botón de su camisa. Ambos sonreímos.
Me encantaba viajar.
La via en rose

domingo, 18 de marzo de 2012

Cielos de tormenta

Estaba nublado, pero no lo encontré extraño, el cielo se había escondido en sus ojos.
Esos ojos eran poesía, sueño, melancolía, tormento,.. el paraíso.
Me sonrió, me olvidé hasta de respirar. "¿Que pasa?" susurró, despertándome de mi sueño. Me ruboricé tan solo con pensar que pudiese adivinar lo que pasaba por mi cabeza en ese instante. "Nada" susurré, casi tartamudeando.
Y se rió, y esa sonrisa sonó como campanillas, como el sonido de un piano, de un violín.. como mi canción favorita.
Hablamos de todo y de nada, y si me preguntasen un tema, no sabría responder. Me había perdido en esa mirada, podía escuchar hasta el romper de las olas en ella.
Nos quedamos en silencio, abrazados, sin saber como, habíamos llegado a esa calle que tantísimas veces habíamos recorrido. No hacía falta que hablásemos para decirnos como había cambiado todo, incluso esa calle, la nuestra. Pero había algo que no había cambiado: Esos sentimientos que nos unían, esos, que eran eternos.

lunes, 12 de marzo de 2012

It's like screaming and no one can hear

Le echaba de menos, debía admitirlo. Hacía mucho que no sentía su ausencia de este modo. Tan fuerte. Tan puro. Tan sincero.
Echaba de menos su forma de llamarme enana, porque sabia que me molestaba, esa sonrisa pícara que tanto me gustaba, esas escapadas sin que nadie se enterase, que no tenían sentido, pero nos encantaban.
Extrañaba tanto su particular forma de sacarme de mis casillas, sus llamadas a las tantas de la madrugada, en las que me despertaba para decirme que estaba pensando en mi. Echaba de menos sus celos tontos, y los míos también. Su sonrisa. Sus ojos. Lo especial que me hacía sentir a su lado, las sonrisas que me robaba. Sus besos. Su dulce locura.
Será verdad eso que dicen, que la distancia hace el olvido, aunque a veces te hace querer más a una persona. Tenía claro en que grupo le incluía a él.


Y ahogué esos pensamientos en mi octavo tequila.

jueves, 8 de marzo de 2012

Es más cómodo engañarse

-Y es que los amores platónicos son así, si los conoces te arriesgas a dos cosas: la primera, que se te caiga el mito, te des cuenta de que no es como creías y le olvides.-me quedé pensativa.
-¿Y la segunda?- me preguntó, impaciente.
-Que te enamores de su más absoluta perfección, y con ella también de sus imperfecciones.
-¿Y a ti.. cual de las dos te ha pasado?
-¿Hace falta que te responda?- inquirí, con mirada irónica.
Negó con la cabeza.
-Te enamoraste- afirmó, dando por concluida la conversación.