domingo, 27 de enero de 2013

Don't you worry child

Está aquí. A mi lado. Abrazándome. 
La luz entra, tenue, entre las franjas de las persianas, y me pierdo en esa espalda rayada de sol.
Me parece ilógico que todo haya ocurrido con tal rapidez, aunque nos hayamos tomado nuestro tiempo, casi demasiado, para ello. Tiene una expresión dulce, tierna, y la situación en sí me hace sonreír.
Sonríe en sueños y no puedo evitar preguntarme que se le estará pasando por la cabeza. Así, tan risueño, relajado, parece haber rejuvenecido unos cuantos años, y me pregunto porque, en ocasiones, se muestra tan serio. Que le hizo tener una visión tan amarga de algunos aspectos. 
             Que pensaría si me viese embobada mirándole.

Inicio una ruta uniendo los puntos de los lunares de su cuerpo y se estremece. Me detengo. Me pregunto si debería traerle el desayuno a la cama. Bueno, mejor un café, sin azúcar, que luego se acostumbra. O tal vez debería actuar como si nada. Me abrumo.
Recuerdo como, por primera vez, escasas horas atrás, me habló de su pasado, porque yo era su futuro, dijo. Sonrío de nuevo.
-¿Que te hace tanta gracia?- murmura, con voz ronca y le miro, con la misma expresión que una niña pequeña a la que han pillado haciendo travesuras.- Buenos días - repite, y él también sonríe.
-Voy a traerte un café - intento distraer su atención- ¿Sin azúcar?.
Sonríe, pegado a mi nariz. "Voy yo", murmura, "¿Un chocolate?", inquiere, mientras me besa fugazmente la comisura de los labios.
"Muy dulce", respondo. Y la voz de mi conciencia me susurra que no me preocupe, y dibuja en mi cara una sonrisa, porque, en el fondo, no somos tan distintos.

"Photo album on the counter,
your cheeks were turning red.
You used to be a little kid with glasses in a twin-sized bed"

viernes, 18 de enero de 2013

I don't know if you know who you are until you lose who you are

Hay ocasiones en las que no huyes de los problemas, pero tampoco te enfrentas a ellos. Es ese momento en el que te agarras a lo que conlleven y, aunque sabes que no es lo correcto, no eres capaz de hacerlo de otro modo. 
Creo que todos hemos vivido, en alguna ocasión, una situación parecida, en la que pierdes tu cordura, ni siquiera piensas, y empiezas a dudar si te has perdido a ti mismo.

En cuanto escuché este breve "monólogo" reconocí que hubo un día en el que casi me perdí a mi misma:
"I think when it’s all over it just comes back in flashes, you know? It’s like a kaleidoscope of memories. It just all comes back. But he never does. 
I think part of me knew the second I saw him that this would happen. It’s not really anything he said, or anything he did, it was the feeling that came along with it and the crazy thing is, I don’t know if I’m ever going to feel that way again. But I don’t know if I should. 
I knew his world moved too fast and burned too bright but I just thought, how can the devil be pulling you towards someone who looks so much like an angel when he smiles at you. Maybe he knew that when he saw me. I guess I just lost my balance. 
I think that the worst part of it all wasn’t losing him, it was losing me."


Llegados a este punto, creo que la única acción lógica que puedes hacer es escapar.

-A few mistakes ago-
Traducido no suena igual, pero de todos modos, sigue siendo sincero:
"Creo que cuando todo se ha acabado vuelve en forma de flashbacks, ¿No crees? Es como un caleidoscopio de recuerdos. Todos vuelven, pero él no lo hace.
Creo que parte de mí supo que esto pasaría cuando le vi. No es por nada que el dijese, ni tampoco hiciese, era el sentimiento que vino con ello, y lo peor es que no se si volveré a sentirme de este modo nunca. Pero tampoco sé si debería.
Sabía que su mundo se movía muy rápido y lo quemaba todo con su brillo, pero solo pensaba en como puede el diablo empujarte hacia alguien que se parece a un ángel cuando te sonríe. Tal vez él lo supo cuando me vió. supongo que perdí el rumbo.
Pienso que la peor parte de esto no fue perderle a él, fue perderme a mí"

lunes, 14 de enero de 2013

No sabía su nombre, pero la llamaban Dulce.

Es ese momento en que te paras a pensar en los pequeños detalles de la vida. Aquellas cosas que pueden cambiar tu día, e incluso tu vida, si eres muy positivo.
Cuando alguien pone, con intención, tu canción favorita en el reproductor de música del coche. Esas visitas en la biblioteca, que hacen más llevaderas las horas de estudio. Esas llamadas, porque sí/te-echo-de-menos/me-apetece-escuchar-tu-risa o cualquier otro motivo (in)explicable.
Los mensajes, a las 4 de la madrugada.
Los "Buenos días, princesa", o, en su defecto, las sonrisas mañaneras, que dan sentido a los madrugones. Los viajes. Las visitas inesperadas, los abrazos por la espalda y el ronroneo de tu gato como despertador ideal.
Un "te echo de menos" y los "¿Salimos esta noche?".

Y ese momento en que alguien te necesita y dices: "Yo pongo el chocolate y las galletas, ¿te quedas?"

Y, para mí, esta es la demostración gráfica de un detalle que alegra el día. Cambiar el "dolor" por la "dulzura".

viernes, 4 de enero de 2013

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"Somos lo que escuchamos", pienso, mientras me sumerjo en la lluvia constante que proporciona una buena ducha, y me pregunto si, tal vez, quien dijo esa cita, en un momento filosófico de su vida, solo escuchaba un tipo de música, o tal vez un solo autor.
Sonrío, y pienso que mi reproductor de música  es como uno de esos helados de "arco-iris", como solía llamarlos de pequeña, con multitud de colores y que no sabes nunca como empezar a comer, pero que te gusta, sin saber porque.
Me comparo a mi misma con uno de esos helados, con una mezcla de distintos tipos de música, de múltiples grupos y cantantes, con millones de canciones que podrían describir miles de momentos y emociones. Que podrían describir mi vida entera durante horas infinitas de reproducción.
Me creo, de este modo, incomprensible.

Me marco un solo al ritmo de mi canción favorita y escucho una risa ahogada desde el otro lado de la cortina.
-Debo reconocer que la ducha tiene que estar impresionada -dice, entre risas, mientras me pasa una toalla.
Y yo, como de costumbre, tampoco puedo evitar reírme.



-Feliz año nuevo