lunes, 12 de marzo de 2012

It's like screaming and no one can hear

Le echaba de menos, debía admitirlo. Hacía mucho que no sentía su ausencia de este modo. Tan fuerte. Tan puro. Tan sincero.
Echaba de menos su forma de llamarme enana, porque sabia que me molestaba, esa sonrisa pícara que tanto me gustaba, esas escapadas sin que nadie se enterase, que no tenían sentido, pero nos encantaban.
Extrañaba tanto su particular forma de sacarme de mis casillas, sus llamadas a las tantas de la madrugada, en las que me despertaba para decirme que estaba pensando en mi. Echaba de menos sus celos tontos, y los míos también. Su sonrisa. Sus ojos. Lo especial que me hacía sentir a su lado, las sonrisas que me robaba. Sus besos. Su dulce locura.
Será verdad eso que dicen, que la distancia hace el olvido, aunque a veces te hace querer más a una persona. Tenía claro en que grupo le incluía a él.


Y ahogué esos pensamientos en mi octavo tequila.

2 comentarios:

  1. El amor duele tanto, y el tequila es tan rico..

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  2. ¿Has soportado ocho tequilas? Wow. De todos modos, no me gusta eso de que tengas penas tan insoportables que debas ahogarlas en alcohol.

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