Muchas
personas no entienden en que consiste el verdadero “romance”.
Cualquiera
puede comprar flores, bombones o joyas, no veo apenas muestras de amor en eso.
Los
detalles verdaderamente románticos para mí, en la vida, son aquellas pequeñas
cosas que haces a diario para demostrar que alguien te importa y que piensas en
ellos.
Es
salir a cenar a su restaurante favorito o ir a ver aquella película que dijo
que le apetecía.
Es
la forma en que te cogen de la mano cuando saben que estás nerviosa, o cuando guardas
el último trozo de pastel por si le apetece comerlo.
Es
abrir una botella de vino un miércoles por la noche porquesí, porqueestamosvivos,
porquenecesitasunrespiro.
Es
ese mensaje sin causa a mitad del día para preguntar que tal tu mañana, decirle
a alguien que le echas de menos o para saber cómo llevas ese trabajo que tanto
te preocupa.
Es preocuparse por ti y por las personas que te importan, esa intención de formar parte de tu vida.
Es preocuparse por ti y por las personas que te importan, esa intención de formar parte de tu vida.
Un
detalle es esa parada de 5 minutos por estar cerca de tu zona, que consigue
cambiar tu humor y te alegra el día.
Es
poner su canción favorita en el coche, dejar que coma de tus patatas fritas,
decirle que está guapa/guapo sin maquillaje, con o sin corbata, con el pelo recogido
o a la salida del gimnasio.
Es
parar tu programa favorito para escuchar como le ha ido el día, reírte de sus
bromas o acompañar a esa persona a su coche para estar cinco minutos más en su
compañía.
Para
mi el amor, de cualquier clase, consiste en dar. El romance está en los pequeños
gestos.