"Me abrazó, y atrapó mi mano en un gesto casual."
Que bonito queda escrito, joder. Es como recordarlo, una y otra vez, sin encontrar las palabras adecuadas para describirlo. Con miedo a que ese instante pierda su esencia, se desgaste si lo cuentas, y se pierda incluso su recuerdo. Dudando si lo que escribas estará a la altura de ese sentimiento, de ese instante preciso, esas milésimas de segundo, a dos latidos de distancia, con esas sonrisas impregnadas de miles de palabras jamás pronunciadas.
Porque yo no soy de palabras, sino de actos.
Las palabras se pierden, se rompen, como las promesas.
Las palabras son para los cuentos, que dejé de creerme hace mucho.
Las palabras son para las conversaciones casuales. Para las canciones cursis que escucho cuando pretendo no pensar en nada.
Las palabras son aquello que suelo escribir pero no pronunciar.
"Acercó sus labios a los míos, lo suficientemente cerca para que no se tocasen. Y luego dibujo un beso fugaz sobre los míos".