domingo, 30 de noviembre de 2014

30 de noviembre

"En ocasiones, para ganar, hay que saber perder". 
Debo admitir que siempre me ha resultado una frase ridícula. Tienen razón, aprendemos a perder a base de errores, pero nadie suele enseñarnos a ganar.
Y sí, es así, debemos aprender a perder, a fingir ser quienes no somos para conseguir ser quienes queremos. Sin embargo, se le da mucha importancia a marcarnos límites cuando algunas personas lo empiezan todo desde los extremos.
Ella era una de esas personas, comenzaba siempre desde sus limites. Era inconformista y ambiciosa.
"Siempre llegas a tiempo para conformarte, cariño", murmuró una vez, mientras se encendía un cigarro. Y tenía razón.
Era amante de forzar las cosas, de tirar de la cuerda y de lanzarse al vacío, esperando que siempre hubiese algo o alguien que estuviese allí para parar su caída. Y en ocasiones era ella misma quien lo hacía.
Tenía la confianza que en ocasiones le faltaba, y nunca se avergonzó de ello.
"No temas dejarte llevar," me dijo "pero reflexiona antes de tomar decisiones, porque no hay nada más cruel que culparte por tus propias acciones".

martes, 4 de noviembre de 2014

4 de noviembre

Empiezo a pensar que a algunas personas deberían enseñarles la diferencia entre atracción y amor. O tal vez sea yo quien se equivoque, pero creo que probablemente así entenderían la intensidad de unos sentimientos que han causado que tantas personas hayan gastado su vida tratando de describirlos en palabras.
Que no es que yo tenga miedo a sentir, es solo que intento no confundir las sensaciones con sentimientos, porque creo que las primeras siempre se terminan con la misma facilidad con la que llegan. Y con ello no estoy diciendo que un sentimiento no pueda llegar de una forma fugaz e inesperada, pero para mí, cuando se habla de sentimientos, se convierten en algo más duradero.
Que sí, que yo también me equivoco a veces. Solo a veces. Que tal vez solo se haya escondido mi lado sensible y el realista se encuentre en un punto álgido. Y que el otoño tal vez me recuerde a personas que trajeron consigo esos sentimientos y de los cuales me costó mucho desprenderme.
Pero te aseguro que para mi, si te hizo sentir algo, si sacaste algo bueno incluso de las partes malas, fue una experiencia que valió la pena. Sin ninguna duda.

domingo, 2 de noviembre de 2014

I could show you incredible things

Siempre me ha parecido increíblemente adorable como alguien es capaz de recordar esos pequeños detalles sobre ti. Cuando se toman su tiempo y esfuerzo para sorprenderte con cosas que tan siquiera recuerdas haberles contado, e incluso son capaces de usarlas en tu contra, para hacerte volver a ser tu mismo.
Recuerdo perfectamente el día en que agradecí tener en mi vida a alguien que recordaba detalles tan insignificantes sobre mí, que ni yo misma me había percatado de ellos. Y luego pensé que apenas tenía recuerdos anteriores a conocer a esa persona, y que tal vez me conocía más que yo misma.
Que sí, que suena cursi, y ese es uno de esos ejemplos en que escribo sobre amor hablando sobre amigos, pero dicen que solo debes hablar de aquello que conoces, y hay pocas cosas que conozca tanto como a ellos.