miércoles, 19 de marzo de 2014

19 de marzo

Cuanto más tiempo pasa, más consciente soy de como puede llegar a conocerse uno mismo.
He descubierto que soy experta en puntos suspensivos y en historias que nunca terminan de acabar (valga la redundancia). Que escribir para mi es como una especie de autocrítica, una forma de analizarme. Que no quiero conformarme con algo si se que puedo conseguir un mejor resultado, una mejor experiencia.
No es que sea inconformista. Sin embargo, no creo que la vida consista en conformarse con aquello que viene dado, en vivir ajeno a tu propia vida, sin pensar en aquello que sientes o intentar entender tus propios miedos. Porque tener valor, ser valiente, no creo que sea la ausencia de miedo.
Para mi es valiente aquella persona que tiene miedos, como todos, que duda antes de tomar una decisión, que se equivoca y se da cuenta de ello. Se trata en pensar en tus propios errores hasta llegar a no considerarlos errores (porque si hiciste algo fue porque querías y no tienes porque tratar de justificar tus decisiones).
Creo que las personas realmente valientes son aquellas que, a pesar de estar completamente atemorizadas, tienen fuerza para vivir e ignorar sus cicatrices, a pesar de saber como llegaron a marcar su cuerpo.