viernes, 19 de octubre de 2012

Dark grey

Te felicito, con 6 días de retraso, como la primera vez, porque sino, no sería yo.
Es increíble como una persona puede aferrarse tanto a las fechas, acordarse de todas, hasta de la más insignificante, aunque ya no signifiquen nada para ella.
Fue un momento feliz, se mire por donde se mire, y eso siempre importa.

Aún así, aunque no se me pasó la fecha, porque nunca se me pasan, me siento culpable por no haber escrito algo sobre ella, o en ella misma, cuando en su momento podría haber escrito un libro entero.
No hubiese sido un clásico, eso está claro. Ni tampoco la típica historia. En realidad creo que todo hubiese estado al revés: La historia que empieza en un final y acaba cuando debería haber empezado realmente.
Ironías de la vida.
Porque las historias de los príncipes y las princesas no existen en la realidad.
Porque era algo real, con sus imperfecciones y sus momentos felices, sin una banda sonora incorporada en los momentos cruciales. 
De esas que, a pesar de que nadie lo admitiese, llegaban a dar envidia (in)sana. De esas que acaban sin corazones rotos, porque el final es abierto; que dejan una espina clavada y de las que se espera una segunda parte.
Que algún día llega.

Pero nadie basa en ellas una comedia romántica, y nunca he hablado de ella como un drama.
"Loving him is like driving a new Maserati down a dead end street.
faster than the wind,
passionate as sin.
                        Ended so suddenly."                                                
                                                                                               - On 16th October

domingo, 7 de octubre de 2012

Sparks fly

La vida se nos escapa por momentos, y llega un día en el que algo se te enciende dentro (esa estúpida "bombillita") y te pones a pensar en todo aquello que has vivido, y en aquello que no ha ocurrido.
Piensas en porque no besaste a ese chico que prometía ser perfecto, que parecía el adecuado; en porque tienes un gato si eres alérgica a ellos; o porque preferiste quedarte un viernes noche en casa viendo una película en vez de salir de fiesta.
Te preguntas si tus decisiones han sido siempre las correctas, si aquello que intentas hacer, o estudiar, es lo adecuado, lo que te gusta realmente. Te cuestionas todos y cada uno de tus pensamientos, y te preguntas si alguna vez le habrás hecho a alguien daño, queriendo o sin querer, y si le importas a tantas personas como parece.
Piensas en porque alguien puede llegar a tal extremo de querer colocar bombas en una universidad, que le habrá pasado para llegar a ese punto, y si esa persona te odia, porque, al fin y al cabo, ha intentado matarte.

Y algo se activa y te dice que si tienes un gato es porque los adoras, y esa alergia es un motivo más para demostrarle al mundo lo que quieres, que si no besaste a ese chico sería porque no era el momento adecuado. Te recuerda que el plan de "peli y manta" desencadenó una noche inolvidable, que las decisiones pueden cambiar, porque no están grabadas en una piedra y que los errores se olvidan con el tiempo.
Sonríes, porque sabes que no es "aquello que no ha ocurrido", sino que a esa frase le falta un: aún. Y que no has hecho nada lo suficientemente grave como para tener que arrepentirte por ello.

La voz de tu conciencia te sonríe, y, en ese instante, sabes que tienes a tu lado todo aquello que hace de tu vida algo inolvidable y perfecto, aunque solo sea para ti.
Y eso es lo que importa.


Aunque la vida se te escape "en un cúmulo de besos que no has dado" y en palabras que no has pronunciado